Las cámaras IP están diseñadas para funcionar con su red y a través de Internet. Debido a esto, el rendimiento puede variar dependiendo de la velocidad de su conexión a Internet desde el lugar donde se encuentra la cámara y también de la conexión del dispositivo que esté utilizando para intentar visualizarla. 


Por ejemplo, si estás fuera de casa e intentas acceder a la cámara a través de Internet desde tu teléfono, tendrás que asegurarte de que la  conexión WiFi que utilizas sea estable y tenga una buena velocidad. Al mismo tiempo, si utilizas datos móviles, deberías intentar garantizar una buena velocidad de conexión a través de 3G o 4G. 


Si se encuentra en una zona con una conexión de datos móvil deficiente, es posible que tenga dificultades para conectarse a la cámara o para ver una señal de vídeo estable.